viernes, 27 de mayo de 2011

Expotaku

Aunque hasta ahora solo había publicado algún que otro fic, esta es una noticia que no podía pasar por alto sin publicar. Al fin se tienen noticias del próximo Expotaku, evento obligado para todo otaku que se precie. A continuación incluyo la información tomada de Nikaku-dan, para más información seguid los links:

La Asociación Juvenil Nikaku Dan y la Hermandad InterAsociativa Otaku de España se complacen en invitaros a ExpOtaku Gijón 2011 los próximos Sábado 10 y Domingo 11 de Septiembre en el Recinto Ferial Luis Adaro ubicado en el Paseo Doctor Fleming, 481 (Gijón).
La cita contara con cientos de actividades relacionadas con el Manga, Anime, Videojuegos, Cosplay, Cultura Nipona... y mucho mas.
Pagina Web Oficial: http://www.expotaku.com/gijon
Evento Facebook: http://www.facebook.com/event.php?eid=194283987265844
Mas info en: expotaku@gmail.com
¡¡Os esperamos!! No faltéis.

jueves, 29 de abril de 2010

Sueño de una noche

Aquí vuelvo con otro nuevo fic, a partir de ahora creo que incluiré un pequeño resumen, para dar una idea de lo que va la historia. Enseguida editaréel resto de posts con fics para incluirles resúmenes.

Se trata de otro one-shot sasunaru, con posible continuación. Esta vez he probado un nuevo recurso y he escrito un songfic, con la canción "More than friends" de Cain's offering. De escucharla, una y otra vez, surgió la inspiración para este pequeño shot. Para amantes de los sentimientos profundos e irrefrenables, aún cuando el mundo está en tu contra. Os aseguro que no os arrepentiréis.

Resumen:

Porque cuando la noche llega, la acompaña el sueño, ese que solo en el crepúsculo cobra su fuerza y vigor. Ese sueño que por el día se desvanece entre sábanas frías y rayos de sol que no dan la calidez deseada. Y entonces llega el momento de extrañar de nuevo lo que solo en la noche puedo poseer, y que pierdo mañana tras mañana sin remisión.

Serie: Naruto
Tipo: Yaoi
Pareja: sasunaru
Género: Romántico, angustia
Advertencias: insinuación de lemon, nada específico
Ratings: Solo insinuaciones, pequeñas referencias, no creo que sea tampoco demasiado fuerte.
Autora: Saiko, alias Akariyami-hime, alias yo.
Disclaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.



Sueño de una noche


We're more than friends.
We are like lovers.
Two souls in one,
forever entwined.
I feel with your skin,
you live off my heart's beat
Warm me within
while tending my wound.

Somos más que amigos.
Somos como amantes.
Dos almas en una,
eternamente enlazadas.
Yo siento con tu piel,
tú vives de mis latidos.
Abrígame interiormente
mientras tratas mi herida.

Cada noche miro por la ventana en espera que se hace eterna. Mis ojos contemplan vacíos la noche inexcrutable, deseando perderse en una oscuridad mucho más profunda que no tardará en llegar. Konoha se cubre de sombras en la noche y la única fuente de luz es la pequeña lámpara del escritorio, proyectando contrastes de claridad y tinieblas en las mantas con que me cubro.

Por la abertura se cuela un viento frío que alborota mis cabellos rubios, naturalmente desordenados. Aunque mi cuerpo se estremece ante la gélida temperatura no hago ningún gesto por levantarme a cerrarla. Mi espalda reposa aparentemente descansada en el cabecero, pero mis músculos están tensos y mis manos se crispan por la espectación, el ansia de sentir lo que saben que pronto estará a su pleno alcance y disposición.

Porque cuando la noche llega, la acompaña el sueño, ese que solo en el crepúsculo cobra su fuerza y vigor. Ese sueño que por el día se desvanece entre sábanas frías y rayos de sol que no dan la calidez deseada. Y entonces llega el momento de extrañar de nuevo lo que solo en la noche puedo poseer, y que pierdo mañana tras mañana sin remisión.

Miles still divide
the distance between us.
Keeps growing still
and hope is a lie,
and every night
we share the same dream.
That's where we hide,
you and I.

Aún son millas
la distancia que nos divide.
Sigue creciendo
y la esperanza es mentira,
y cada noche compartimos un sueño.
Eso escondemos,
tú y yo.

Una sombra que nada tiene que ver con la opacidad de la noche cubre el espacio deteniendo la brisa. Entonces sé que estoy dormido al fin, y que el sueño está por comenzar. A mi lado hay espacio de sobra, pero me aprieto contra la pared para hacer sitio, reprimiendo el impulso inmediato de alargar mis manos hacia delante. Paciencia. No hay prisa. Aún queda tiempo para que la odiosa luz destruya el espejismo.

La luna hasta entonces oculta tras las nubes parece salir simplemente por el puro placer de deslizarse sobre tu pálida piel y mis manos tiemblan presas del mismo anhelo. Ahora la penumbra me permite mirarte frente a frente, y el cielo del día se rendirá de nuevo a la noche más profunda y carente de estrellas.

-Bienvenido de nuevo, Sasuke.

Tu mirada recorre la mía, probablemente en busca de algún signo de arrepentimiento, o puede que simplemente le cause el mismo placer que a mí leer sus ojos. Disintiendo con la idea de que tenemos toda la noche por delante, la prisa domina tus actos y de pronto te siento a solo unos centímetros de mí, piel casi rozando la piel. Mi cuerpo ya no presenta esa desagradable tensión y se extiende relajado sobre el colchón.

You have always been
much more than friend to me.
And I could never hope
to find another one?
Now the time is right
Just tell me what to sacrifice
for you tonight.

Tú siempre has sido
mucho más que solo un amigo.
¿Realmente crees
que podría encontrar otro?
Este el el momento correcto.
Solo dime que he de sacrificar
esta noche por ti.

Este es el momento en que se olvidan las ataduras y la realidad en que cada uno ocupa un bando opuesto, este es el momento en que se recuerdan los tiempos en que ambos éramos amigos inseparables... y se tachan de ridículos e infantiles frente al vínculo que por mucho tiempo nos negamos a ver. Siempre fue distinto de lo que ambos creímos. Y necesitamos que la distancia se interpusiera entre ambos para ver algo tan extrañamente claro y distinto que me hace reír cada vez que pienso en lo estúpidamente sencillo que era.

Me impides seguir riendo al posar tu boca sobre la mía y al sentir yo la fría calidez que ese sol traidor no puede darme en tan mínimo contacto sé que pierdo la razón y estoy seguro de que si me preguntases qué daría por ti contestaría que mi mundo entero. No, no es cierto. Porque en estos momentos ese entero mundo se reduce solo a ti.

Las manos se alzan triunfantes al ser por fin calificadas para obtener lo que desean y acarician esa tez suave de muñeco de porcelana. Se contraen insatisfechas al tropezar con el tacto de la tela y tiran de ella para apartarla de su camino.

Wake me
with the sound of your heart's beats in silence
if I'm an offering good enough for you.
Or let me slumber deeper and deeper
forever awaiting for you.

Despiértame
con el sonido de tus latidos en el silencio
si soy suficiente buen sacrificio para ti.
O déjame caer más y más hondo,
siempre esperando por ti.

Los gestos se suceden rápidos y pasionales, mis manos no eran las únicas impacientes. Al sentir tu piel sobre la mía al fin libres de la prisión del tejido sonrío en medio de un beso imaginando que tal vez y solo tal vez, un día pueda pasar de ser el sueño de una noche y despertar a tu lado, apoyado en tu pecho que ahora mi lengua recorre con avaricia y gula. La lujuria recorre mi cuerpo mientras tu te entretienes en ese punto en que se unen hombros y cuello que sabes que tanto me hace gemir.

Los sonidos de tu boca salen amortiguados al contrario que los míos, irrefrenables al sentir tu mano tantear un lugar a todos desconocido salvo a ti. No juegues, la ansiedad y el deseo me matan. ¿Quién podría venir ahora y juzgar este acto sin entender que por unas horas tú y yo nos confundimos en un torbellino de emociones arrebatadoras e indescifrable a pesar de la oposición que el destino nos presenta?

Would you hate me
if I crossed that line
from wanting to why?
Alone until night,
tell me if I'm alive,
or just breathing.
For I cast my shadow
and I'm alone

¿Me odiarías si cruzase
la línea del querer al por qué?
Solitario hasta la noche,
dime si estoy vivo,
o tan solo respirando.
Ya que abandoné mi sombra
y estoy solo.

No obstante, en medio de la felicidad delirante, un atisbo de duda, de miedo, de aflicción llamea entre los escombros que quedan de mi muralla de deber. Hace mucho que mi corazón no precisa ya de la luz del astro mayor para encogerse de amargura ante un deseo probablemente imposible y pueril. Necesito que palies mi soledad no tan solo en la oscuridad. Necesito que devuelvas el calor a ese sol que brilla sin iluminar los días grises a los que solo tú podrías dar color.

¿No lo deseas tú? ¿Nunca has siquiera fantaseado con despertar con las mantas calientes sobre ti y otro cuerpo, no otro más que el mío, a tu lado?

A pesar de todo cada vez que me tocas como lo haces ahora y te las arreglas para que esas ideas salgan de mi mente y solo quede lugar para el mayor placer que me brindan no solo tu contacto sino también tu presencia, tu simple existencia.

You have always been much more than a friend to me.
You were always so more than a friend should be.

Siempre has sido más que un amigo para mí.
Siempre fuiste más de lo que un amigo debería ser.

Queda poco para el final, para la cúspide, para que ya no sean exclusivamente tus manos las que se preocupen de hacerme jadear y gritar.

Y se desvanecen en el gozo todas esas imágenes que casi siempre pueblan mi mente inquieta. Siempre recordando, siempre rememorando: batallas vividas en grupo de dos, descansos tomados en relajada sincronía, momentos atesorados cándidamente por mi corazón. Miradas de complicidad que iban más allá del simple hecho de mirar, que conectaban dos almas diferentes y dispares... y sin embargo, por todos los santos, lo bien que encajaban.

No, siempre no. No ahora. No en este momento. No mientras me ahogo gratamente en tan sublime deleite.

Wake me
with the sound of your heart's beats in silence
if I'm an offering good enough for you.
Or let me slumber deeper and deeper
forever awaiting for you.

Despiértame
con el sonido de tus latidos en el silencio
si soy suficiente buen sacrificio para ti.
O déjame caer más y más hondo,
siempre esperando por ti.

Los movimientos son acelerados y sin concierto establecido. El aire escasea y no nos importa. Temblores y sacudidas que hacen que la cama se estremezca con violencia. Todo está envuelto en una niebla desde la que no se distinquen colores ni formas. Rompiéndome con una ternura impropia del enemigo número uno de Konoha. Pero no mío, ah, no mío.

Mi satisfacción se dobla al oír un sonido inesperado pero incontablemente deseado. Casi escucho la barrera con que te proteges del mundo resquebrajarse al entender que incluso para ti es imposible contener el sonido de regocijo consecuente al final. Esa barrera puede que te proteja del mundo, Sasuke, pero no de mí. No puedes esconderte de mí. No puedes esconderme tu mente y mucho menos tu corazón, porque cada caricia lo deja traslucir aun contra tu voluntad.

You have always been much more than a friend to me.
You were always so much more than a friend should be.

Siempre has sido más que un amigo para mí.
Siempre fuiste más de lo que un amigo debería ser.

No ha terminado, mi alma, mi vida, mi perfecta mitad. Retoma fuerzas y coge aliento, porque esto solo acaba de empezar. Sé que no estás cansado, y tu sonrisa se abre amplia al leer en la mía que yo tampoco lo estoy. No ha sido suficiente, prepárate, pues la noche es joven aún, las estrellas brillan en el firmamento y nada ni nadie puede detenernos ni criticarnos.

De nuevo el ansia de besos se adueña de nuestros labios y no queda más remedio ni afán que complacerla. Piernas y brazos se enredan como por capricho y se confunden entre unas y otros. Sonidos agonizantemente vivos rompen el silencio de la noche una vez. Y tus brazos son fuertes y firmes, y aunque no me creas ni quieras creerme, son protectores. Son sofocantemente acogedores. Por eso estúpidamente concibo la idea de que tampoco tú me quieres dejar ir, que el abrazo que ni por un instante aflojas es la reverberación de tu más escondido secreto. Ese secreto que yo guardo con igual recelo. Ese que ambos sabemos que el otro guarda y lo vemos tan nítidamente que lo obviamos.

Wake me
with the sound of your heart's beats in silence
if I'm an offering good enough for you.
Or let me slumber deeper and deeper
forever awaiting for you.

Despiértame
con el sonido de tus latidos en el silencio
si soy suficiente buen sacrificio para ti.
O déjame caer más y más hondo,
siempre esperando por ti.

Permíteme que estas noches me hundan tan profundo que no pueda distinquir la huella que dejó mi alma al caer. Permíteme seguir soñando, que algún día, cercano o lejano, podré despabilar a tu lado, susurrarte un "buenos días" y tener por respuesta la pregunta del millar.

"¿Qué tal has dormido?"

Y contestar con una sonrisa.

"Bien, pero impaciente por abrir los ojos y verte al despertar."

Pero si no es posible alárgalo, hazlo durar. Que cada minuto que pase entre tus brazos y cada beso que deposites en mi frente valga por un millón, y tenga la misma duración, pero sin perder su gran valor. Llévame hasta el cielo una vez más, y otra, y de nuevo elévame para que toque esas estrellas tan lejanas que solo gracias ti he podido alcanzar.

Repite la función, erótica y sensual. Repite cada paso, cada señal y cada marca, para que mañana cuando despierte, al mirarme al espejo sepa que has estado aquí y y no eres simplemente la fantasía de un loco que por amor perdió definitivamente la razón.

Wake me
with the sound of your heart's beats in silence
if I'm an offering good enough for you.
Or let me slumber deeper and deeper
forever awaiting for you.

Despiértame
con el sonido de tus latidos en el silencio
si soy suficiente buen sacrificio para ti.
O déjame caer más y más hondo,
siempre esperando por ti.

Y cuando la mañana me pilla desprevenido, abriendo con sus rayos fríos mis ojos somnolientos, alargo la mano y palpo las mantas frías. Me enderezo y contemplo el espacio vacío que queda a mi lado. Desperezándome levanto los brazos para volver a dejarlos caer abatido.

Soy idiota.

Una lágrima se derrama por la piel de mi mejilla y giro la cabeza. Sonrío. Como un tonto, sonrío. Porque sobre la mesa destaca un tulipán rojo que el día anterior no estaba ahí. Y mientras lloro sonrío. Soy un idiota, un idiota enamorado de un bastardo sin corazón que no encuentra mejor despedida que la que no se hace.

Después de todo, no es una despedida si él no me dice la palabra de partida.

-Hasta la noche de nuevo, Sasuke.

No hay nada que pueda hacer. No hay forma de resistirse o borrar la existencia de algo tan fuerte. Es imposible. Solo espero que tarde o temprano, se termine este sueño de una noche, y juntos... veamos amanecer.


Fin.


De nuevo, espero que os haya gustado, y gracias por leer ^^ Si dejáis algún comentario con vuestra opinión, también se agradece xD

¿Por qué un tulipán? Bueno, en alguna parte leí yo entre significado de las flores... que significa amor eterno.

viernes, 5 de marzo de 2010

Hipocresía

He aquí otro de mis pequeños shots, de nuevo yaoi (por norma general solo escribo yaoi, de forma que habrás pocos fics hetero, y yuri menos ya que apenas lo veo. Eso en cuanto a mí, puedo subir cosas de tras personas que quieran publicar. Otro sasunaru (¿se nota que adoro esa pareja? xD), con algo más de carga psicológica y emocional y en mi opinión mejor escrito. Con él participé y gané un concurso de relatos de temática homosexual, espero que compartáis la opinión de los jueces al leerlo y os guste también.

Serie: Naruto
Tipo: Yaoi
Pareja: sasunaru
Género: Romántico, angustia
Advertencias: No
Ratings: no trae nada inplícito ni explícito más que puro amor, todos los públicos
Autora: Saiko, alias Akariyami-hime, alias yo.
Disclaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto




Hipocresía



Hipocresía. Mis sentimientos no son más que hipocresía. Y yo no soy más que un hipócrita.

Al principio te miré de lejos, te vi al lado de otras e incluso otros. Una parte de mí sintió un alivio entonces inesperado al ver la libertad con que aceptabas a otros, pero duró un único segundo para después transformarse en llanto al percatarme de que mientras fueras de otros, nunca serías mío. Y no dije nada. ¿Sabes por qué? Por miedo. Miedo a decirte que te quiero para mí. Porque con dos palabras podrían bastar. Podrías mirarme con esos ojos azules, y entonces podría ver el rechazo en tu mirada límpida y llena de luz, que en aquel momento reflejaría solo lástima y puede que incluso compasión. Y entonces responderías una negativa, y yo me desplomaría. No callo porque crea que estaras mejor con otros. Te equivocas si piensas eso, no lo hago por tu bien. Hipocresía. Lo que yo siento es hipocresía. ¿Sabes por qué? Porque lo hago solo por mí. Porque sé que si una palabra de negación entretejida con triste complacencia y disfrazada con suave dulzura para evitar un daño que de todas formas ya estará hecho me roza, todo el esfuerzo por estar a tu lado se disolverá en nada. Lo hago por mi bien. Lo hago por el miedo a que te alejes de mí. Por el miedo a tu propio miedo ante mí. Por el abismo que podría separarme de tí. Por el dolor que me desgarraría en ese momento. Lo hago por mí.

Porque no quiero alejarme de ti.

Te veo en distancia, junto a él, y cierro mis manos en puños de impotencia. No quiero ver vuestra despedida. Me rompe oir ese "hasta mañana" porque sé que se cumplirá, y se repetirá una y otra vez cada día.

Sin embargo en esta ocasión mi intento de centrar la mente en otras cosas desaparece de golpe cuando pasas a mi lado corriendo. No me miras, pero te conozco lo bastante para reconocer los movientos característicos de quien ha sido herido hondamente. Te sigo.

Porque si no lo hago, tal vez te pierda en tu carrera.

La puerta de tu casa está entornada. Entro, porque una vez dijiste que esa puerta siempre estaba abierta para mí. Ni siquiera tienes tiempo para ocultarte de mi vista como probablemente es tu deseo.

Te veo llorar. Te consuelo. Y de nuevo es hipocresía. Mi mano sobre tus cabellos de luz traída desde el cielo por el sol parece eclipsar su inocencia con mi cinismo. Te dejas consolar inconsciente de que solo lo hago por mi satisfacción. Y es que ver esos pedazos de cielo llover a cántaros me parte el alma no a la mitad sino en miles de pedazos. Y por no sentir el corte de sus afilados fragmentos me siento a tu lado. Y por no sentir el viento frío colarse entre las ranuras que tus sollozos han abierto en esa coraza de hielo que protege eso que llaman mi corazón, te paso el brazo alrededor de tus hombros. Y por no dejar escapar mis propios gemidos de frustración acallo los tuyos entre mis brazos. Por no sentir dolor yo, por todo eso, no soy capaz de soportar el verte llorar.

Voy en su búsqueda. Voy a buscar al culpable de todo. Le veo a la tercera vuelta de esquina, no se ha ido del punto de partida. No está solo, así que por un momento aguanto mi ira y escucho.

"Todo un mes, increíble. Realmente no creí que aguantases tanto manteniendo el teatro."

"Sí, pero en realidad no fue tan difícil, no desconfió cuando le pedí que saliese conmigo. ¿Por qué iba yo a querer salir con otro hombre? Ridículo."

Se ríen, como si realmente fuese algo absurdo. No lo entienden. Tampoco yo entiendo por qué se ríen, porque no quiero entenderlo. Él vuelve a quedarse solo. No lo soporto más. Salgo de detrás del cartel de anuncio de tabaco y me dirijo al lugar en que ahora se ha sentado a liar un cigarro.

Y le grito, y le agarro de la cazadora, y le grito.

"¡No te atrevas a volver a acercarte a él!"

Y él me responde en son de burla.

"Da igual, no tenía pensado hacerlo. ¿Tanto te preocupa ese niñato con cara de inocentón? No lo veo tanto interés al asunto, después de todo no era más que un juego."

"¿Un juego...?"

De un puñetazo le borro esa sonrisa de suficiencia de su rostro de tez pálida, seguro de que pronto estará violeta. Y me doy la vuelta y me voy. Sonrío con amargura, porque se equivoca. No me preocupo por ese niñato de cara de ángel y alma de equivalente brillo. Solo lo hago por mí. Solo lo hago porque esos ojos aguamarina que ahora me miran con rencor, y puede que algo de miedo, son los culpables de que me sintiera tan mal. Son los culpables porque si no le hubiera hecho llorar, yo no habría expuesto mi alma para ser destrozada, porque si no hubiera sentido ese dolor, éste no se abría transformado en la ira ciega que me consumía las entrañas. Porque solo devolviéndole una mínima parte del dolor que me había causado podría calmar ese fuego alimentado de sufrimiento. Lo hago por mí. Para poder reconstruir mi coraza de hielo y acero.

Sigues igual a mi vuelta, acurrucado en esa esquina de tu habitación en que muchas veces jugamos a trincheras cuando aún éramos niños. Has levantado tu propia trinchera alrededor de tu cuerpo en forma de brazos y piernas. Pero no sirve. Soy egoísta e ignoro tus intentos por ocultar el rostro aún empapado en lágrimas. Porque yo quiero hacer algo para que sonrías, para sentir ese hormigueo agradable en mi cuerpo ante el conocimiento de que esa sonrisa es para mí. Lo hago por eso, para sentirme bien a tu lado, no por ninguna otra razón. Aparto tus manos, porque yo quiero.

Sin embargo ahí llega la duda, ¿a qué dolor me enfrento? ¿Elijo seguir con el que ahora me destroza inexorable e imparablemente? ¿O me arriesgo a sentir un dolor nuevo y distinto que tanto tiempo he temido? Un nuevo pinchazo por medio de tu mirada confusa a apenas unos centímetros de la mía me insta a elegir. Está bien. Sé lo que deseo. Mi respuesta se presenta en forma de un roce de mis labios sobre los tuyos. He cambiado de opinión. Tengo una nueva razón para besarte. Me siento bien al hacerlo. Hipocresía de nuevo. No te beso para silenciar tus sollozos. Te beso porque me sienta bien besarte. Porque el hormigueo que siento con tus sonrisas se multiplica por mil cuando tus labios se mueven bajo los míos y tus manos se enredan en mi pelo. Lo hago porque me siento bien al hacerlo.

Lo hago por mí.

Y al separarme con mi respiración entrecortada entrelazada a la tuya vuelvo sentir la urgencia de ser hipócrita. ¿Por qué no? ¿Acaso no lo he sido bastante ya hoy? Y entonces te digo las dos palabras más hipócritas que he pronunciado.

"Te amo."

Porque no soporto la impaciencia, el "y si". Porque quiero deshacer el nudo que me ha estado ahogando durante años. Lo hago por mí. Porque soy hipócrita. Por pura hipocresía.

Pero ojalá... ojalá dejes de lado esa inocente pureza. Ojalá mis miedos no se hagan realidad... Yo, que odio con toda mi alma mi propio pecado de hipocresía... deseo que por una vez ensucies tu alma y seas tan hipócrita como lo soy yo.

Lo sé ya antes de que lo digas. A pesar de que siempre está ahí cuando me miras, jamás me di cuenta de lo que significaba. Tampoco me di cuenta de que incluso junto a otros, nunca había desaparecido esa distinción. Pero necesito que lo digas.

"Yo también, desde siempre, desde que estás a mi lado, Sasuke..."

Gracias. Gracias Naruto, gracias a ti a quien profeso este sentimiento que mientras que yo llamo hipocresía, tú probablemente llames amor.



FIN


Y fin, un pequeño arranque inspiración que coincidió con un momento en que me sentía bastante abatida, fue el desencadenante de este texto. No sé si algun@ de vosotr@s sentirá identificación. No obstante, por supuesto, se agradecería un mensajito en que me contáseis qué tal os areció, ¿será posible? xD

Se despide,

Saiko

sábado, 27 de febrero de 2010

Visita a la adivina

Inauguro el blog (con algo de retraso) con un pequeño one-shot que lleva un tiempo perdido en mi PC. Leed, disfrutad y, si hay tiempo y ganas, ¡comentad! ^^

Si tiene buena acogida, puede que haga una segunda parte, como prometí en otra página que haría. Desde quí mando mis disculpas por no haberla publicado aún, pero mi inspiración anda un tanto maltrecha y las musas no colaboran.

Serie: Naruto
Tipo: Yaoi
Pareja: SasuNaru
Género: Romántico
Advertencias: Lemon
Rating: yo diría que dado que lleva lemon sería para adultos, pero obviamente nadie me hará caso.
Autora: Saiko, alias Akariyami-hime, alias yo
Disclaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto


Visita a la adivina



“¿Qué demonios hago aquí?”

La misma pregunta pasaba una y otra vez por la mente de un joven de unos diecinueve años, piel levemente bronceada y cabellos dorado trigueño, quien se encontraba parado frente a la puerta de un caserón de dos pisos, de aspecto quejumbroso sin parecer tomar la decisión de entrar.

“Un poco más y se derrumba...”

En realidad, más daba la impresión de estar a punto de tomar la otra dirección y caminar por el camino opuesto a ese lugar abandonado de la mano de Dios. Cerró sus ojos de un increíble azul eléctrico tratando de calmarse y reírse de su propia estupidez mientras inhalaba, esto no era más que una simple pérdida de tiempo de la que burlarse más tarde. Escucharía, asentiría, sonreiría falsamente y se marcharía de allí.

No obstante, ahí seguía, alternando el peso de su cuerpo sobre uno y otro pie, primero el derecho, luego el izquierdo, de nuevo el derecho. Suspiró. Sí que era cierto que no estaba pasando por su mejor momento, pero … bueno, en realidad, era más bien el peor. Apenas habían pasado un par de meses y aún sentía en la superficie de su piel el sufrimiento de aquel día. ¿Cómo podía una sencilla llamada poner patas arriba toda tu vida? Fácil y sencillo. Cuando esa llamada procedía del hospital central y empezaba con un:

-¿Uzumaki Naruto-san? Me temo que he de comunicarle una terrible noticia …

Y así fue como, de repente, todo se descolocó, saliéndose de su lugar. Un solo segundo de falta de atención al volante había sido el causante de todo el desastre. Es increíble lo cruel que es el destino, el hecho de que un mísero puto segundo hubiera arrasado de golpe con dos vidas completas aún jóvenes … y dejado a un muchacho que apenas un año antes recién había cumplido la mayoría de edad, huérfano de padre y madre. Un muchacho que no pudo seguir sujetando el teléfono tras recibir la noticia de que hacía apenas una hora, había pasado a ser el depositario de todos los bienes de la familia Uzumaki, de la cuál era ahora el único miembro. Un muchacho que sintió el impacto como si también él hubiera estado a bordo de ese vehículo de la desgracia y sintió correr las lágrimas, en el lugar de la sangre, bajando por sus mejillas. Un muchacho que se encerró en sí mismo durante casi un mes en su casa sin querer hablar con nadie, ni siquiera sus amigos. Un muchacho que incluso cuando retomó su rutina diaria sintió que faltaba aún mucho para que el frío aflojase el agarre sobre su corazón, y que sonreía como si ya todo estuviera superado, sintiendo un ligero descanso al ver que sus amigos parecían aliviarse también con su, aunque bien sabía él que era falsa, alegría.

Solo Hinata había persistido en el tema al percibir la verdad tras su mirada. A ella le había contado todo lo que lo acongojaba, y ella había escuchado calmadamente todos sus lamentos, para al finalizar dedicarle una sonrisa tímida pero impregnada de afecto. Fue entonces cuando su peso se aligeró algo gracias a ese silencioso apoyo y por fin después de tanto tiempo de sonrisas cínicas esbozó una que se acercó bastante a las que antes lo caracterizaban. Que buena amiga era esa chica, aunque a menudo no comprendiera sus acciones, y es que a ver ¿quién comprendería que después de escuchar todo con una tierna expresión de dulzura e inalterable, se pusiera completamente roja y se alejara hasta el sillón de la otra punta de la sala de estar cuando consiguió sacar aquella pequeña sonrisa? No había quien entendiera a las mujeres, ciertamente. Tal vez esa fuera la razón de que hasta ahora ninguna le hubiera atraído de manera que sintiera deseos de comenzar una relación … Mierda, ya estamos otra vez en el tema, diecinueve años y aún virgen, la frase que tanto repetían sus amigos para hacerlo de rabiar.

Pero volvamos al tema, ahora mismo estaba delante de una enorme casona vieja en cuya puerta había un cartel en que se leía claramente: “Adivina.” ¡Y todo de nuevo por Hinata! Porque, ¿quién se negaría si una chica con esa carita de ángel y con toda la buena intención del mundo te pasara por encima de la mesa que en ese momento os separa un papel impreso de Internet con un anuncio de una adivina que decía poder adivinar todos tus pesares, tu futuro y tu pasado, y darte la solución a tus males? Por lo que a regañadientes aceptó hacerle una visita a la supuesta bruja y ver con qué espectáculo de poca monta le salía para “aliviar sus pesares”. No obstante, ¿no habría sido mejor si Hinata le recomendara un buen psicólogo? Pensó con una gotita resbalando por su sien.

Volvió a suspirar y se guardó de nuevo en el bolsillo el famoso anuncio que había estado releyendo para ganar tiempo antes de entrar. Ya no podía atrasarlo más. Con pesadez avanzó el par de pasos que lo separaban de la puerta y dio dos suaves pero firme golpes sobre la madera de la puerta principal.

-Puestos a ir al diablo …- murmuró para sí, sintiendo un pequeño sobresalto cuando la puerta se abrió lentamente y produciendo un escalofriante sonido del rozar de madera contra madera para revelar el rostro de una muchacha de más o menos su misma edad que lo miraba con unos grandes ojos verdes perfilados con rimel y el cabello rosa sujetado hacia atrás con una cinta. Esos ojos verdes lo miraban de arriba abajo con un ligero brillo que reflejaba pensamientos no muy sanos.

-Ejem …-carraspeó para llamar la atención de la chica, quien desvió los ojos de una parte demasiado baja para su propio gusto y la centró en su rostro.- ¿Eres tú la adivina?- la chica había vuelto a bajar los ojos y Naruto tomó la firme decisión de que si la respuesta era afirmativa daría media vuelta y no volvería a poner los pies sobre esa acera, por mucho que insistiera Hinata.

-No.-reprimió un descortés suspiro de alivio, esa joven le daba algo de miedo y ¿por qué no decirlo? También un cierto sentimiento de rechazo.- La adivina es mi abuela, está adentro, ¿quieres una consulta?- y sonrió por primera vez de forma amable, algo que agradeció.

-S-sí, supongo que sí.-titubeó un poco al tomar plena conciencia de que iba a entrar en casa de una completa desconocida.

-Entonces pasa.- ofreció con una voz alegre mientras se apartaba para hacerle paso. Será una mujer extravagante que me dirá un par de chorradas y me iré, será una mujer extravagante que me dirá un par de chorradas y me iré. Se repetía como un mantra para calmar la voz que le reprendía en su imprudencia. Oyó la puerta cerrarse tras él.- Está en la salita, primera puerta a la derecha, y disculpa el desorden.

Siguió el camino indicado y su primera impresión fue que no había andado desencaminado, desde luego, la mujer extravagante era. Lo primero que llamaba la atención era sin duda el prominente busto que se apoyaba sobre una mesa de café, enfundado en un vestido de estilo oriental. Tenía el codo apoyado en la mesita y usaba la mano como punto de apoyo para una cabeza de cabellos castaño claro dividido en dos coletas con un par de ojos del mismo color en un tono ligeramente más oscuro. En su frente se adivinaba una diminuta marca violeta en forma de rombo. Pero lo más sorprendente una vez Naruto amplió su ángulo de visión fue la gran cantidad de botellas vacías que se amontonaban dificultando la visión de la moqueta. Comprendió de golpe a qué se refería la muchacha con desorden, al mismo tiempo que comprendía el ligero rubor que se veía en las mejillas de la vieja.

Sin embargo, pronto todo esto pasó a un segundo plano. De pie junto a la ventana se encontraba un joven de su edad, tal vez uno o dos años mayor. Su cara estaba ligeramente volteada hacia el cristal por lo que al principio solo pudo distinguir la imponente figura de su cuerpo delgado pero de apariencia atlética y unos cabellos cortos ligeramente en punta en la parte de atrás y de un sorprendente color negro azulado por el reflejo de la luz que entraba por la ventana. Pareció sentir su mirada ya que despegó la mirada del exterior para centrarla en sus propios ojos. Sintió como si todo su ser se estremeciera ante la escrutadora mirada que le dirigieron unos ojos tan negros como la noche destacando aún más sobre un rostro increíblemente pálido, ligeramente oculto por dos mechones de cabello que le caían descuidadamente y fruncido en una mueca entre seria e indiferente.

Con algo de esfuerzo apartó la mirada rompiendo el contacto para centrarlo en la mujer que le indicó con un gesto que tomara asiento en el lado opuesto de la mesa. Se adelantó haciendo lo que le pedía y esperó a que la mujer hablase, aún sintiendo la mirada del chico en su espalda.

-¿Alguna vez has ido a ver a una adivina?- preguntó la mujer. Naruto simplemente negó con la cabeza.- Bien, verás, yo lo que hago es echar las cartas. Para eso necesito saber tu nombre y primer apellido.- esperó la contestación de Naruto.

- Uzumaki Naruto.- contestó. Decidió simplemente ignorar al otro ocupante de la habitación y centrarse en lo que supuestamente vino a hacer. No era facil. Ella comenzó a repartir las cartas sobre la mesa.

-Bien.- repitió.- Eres un muchacho valiente y que no se deja vencer por nada, algo tozudo a veces. No has vivido una vida perfecta, pero sigues sonriendo y no te dejas llevar por la tristeza o la melancolía. Aunque eso es solo lo que muestras a los demás para no preocuparlos, por dentro no estás nada bien. Ay, buen muchacho.

Naruto escuchaba con interés creciente. Tal vez fuera una farsa, pero lo cierto es que de momento iba bien encaminada.

- Hace poco sufriste una pérdida- la mujer continuaba-. No, dos. Dos personas muy cercanas, tal vez tus padres. Aún no lo has superado completamente.- había dado vuelta a dos de las cartas sobre las mesa, las cuales aparentemente eran las portadoras de esa información. Naruto se aguantó un comentario. Parecía saber lo que hacía, aunque seguramente esto no fuera más que la introducción. La adivina estaba demostrándole que lo que diría a continuación no sería una simple broma.- Sin embargo sigues adelante.-hablaba sin apartar la mirada de las cartas, dando uno que otro sorbito a un vasito de sake y volteando alguna que otra carta.- Tampoco has tenido suerte en el amor.

Naruto dejó de sentir entonces la mirada del azabache y supo que había salido de la estancia. Se sintió extrañamente decepcionado, sin entender realmente la razón.

-Así es.-confirmó.

-Tal vez sea que no lo buscas de la forma correcta.

-Simplemente no lo busco.- la rectificó Naruto.- Nunca me interesó mucho ese tema.

-Mmm ...-la mujer lo miraba bajo sus largas pestañas, como insinuando que ese era justamente su problema.- Pero tu suerte en el amor está a punto de cambiar, ya no estás atado por tus padres, niño.-Naruto se sorprendió.- Eres joven y guapo, y guardas mucho amor que dar. Es más, según esto ya lo has conocido.- ¿cómo? ¿De verdad? Su mente divagaba tratando de adivinar quién sería.

-¿Quién? ¿Seremos felices?- se sentía algo idiota haciendo esas preguntas con tantas ansias pero hasta ahora la mujer no se había equivocado en nada. Ésta se echó a reír y le contestó.

-¿Cómo voy a saber yo quién es? Me temo que aunque pueda hacer un vago boceto del futuro, me es imposible darte un concepto exacto. En cuanto a si seréis felices, te diré que aunque ambos hayáis sufrido, encontraréis consuelo y esperanza el uno en el otro. Pero dime, ¿has venido para saber algo en especial?

Naruto se quedó en silencio, en realidad no había venido a nada, él solo quería buscar, encontrar la manera de ser feliz.

-Etto …-lo cierto es que había picado su curiosidad con eso del amor, pero no sabía cómo preguntarlo. Ella pareció adivinar sus inquietudes.

-¿Quieres saber más sobre el tema amoroso?- Naruto se limitó a asentir.- Veamos.-volvió a reagrupar las cartas y las abrió en abanico, dándole a escoger entre ellas.-Escoge dos cartas y ponlas bocabajo.- así lo hizo- Adelante, dime los nombres de aquellas que te parece que podrían ser.-aguardó.

-Mmm... Hinata.-más bien lo dijo por decir algo. No creía que fuera ella. La mujer sonrió comprensivamente y levantó la vista de la carta recientemente volteada.

-Me temo que por mucho que sea deseado, no es ese tu destino.-Naruto no comprendió lo primero, pero lo dejó pasar.- Prueba de nuevo.

- Temari.- otra de sus compañeras, era bastante guapa. Pero los estaba diciendo poco menos que al azar.

-Tampoco. Esta chica ya tiene a alguien a su lado.-de manera que los rumores sobre su noviazgo con Shikamaru eran ciertos.- Niño, ¿seguro que no buscas en el lugar equivocado?- su mirada era indescifrable.

-No sé a qué se refiere.- la anciana sonrió de nuevo y negó con la cabeza como quien escucha a un niño pequeño.

-Bueno, lo siento pero no puedo decirte más.- empezó a apilar las cartas en un montoncito.- Anda, ¡fuera!

Sorprendido por la repentina despedida, por no llamarlo una orden de desahucio, se levantó de la silla y se dirigió a la salida. No vio al joven de antes. La muchacha pelirosa lo esperaba a la puerta. Le abrió y antes de que la cruzara le susurró:

-No tardará mucho. Menos de veinticuatro horas. Ve donde no vas nunca. -y tras esas tres frases le cerró la puerta en las narices.

Ahí permaneció paralizado unos momentos. ¿Qué había sido eso? La puerta se volvió a abrir. Era esa chica de nuevo.

-Y ya que tu amor no soy yo, supongo que tú y yo no podremos llegar a más que una aventura de una noche. Es una lástima.- ¡y parecía sentirlo de verdad! El comentario lo había descolocado por completo. ¿”Una aventura de una noche”? Suspiró. Era mejor dar a esa chica por perdida. Aunque esas frases sí que fueron raras...

~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.

Bien. Repitamos. ¿Qué demonios hacía allí?

Y allí estamos de nuevo. En un lugar que normalmente no visitaría ni loco. Hizo un cerco a su alrededor con la mirada, varias chicas cuchicheaban y se reían echándole de vez en cuando un vistazo por el rabillo del ojo desde el flanco izquierdo, en el otro lado estaban los que debían ser sus novios, mirándole con un sentimiento que bordaba el odio.

Apartó la mirada avergonzado con un ligero rubor e intentó perderse entre la gente que se amontonaba dentro del pequeño local que se hacía llamar la discoteca del bosque. Lo cierto es que algo sí que recordaba a un bosque, con las paredes pintadas de un oscuro verde hoja y las luces intermitentes que desplegaban múltiples sombras entre las cuales y a cuyo ritmo se movían muchos cuerpos, con movimientos sensuales y roces entre pieles demasiado expuestas. Vamos, no era un lugar que él solía frecuentar, y las miradas de las muchachas le recordaban una de las razones. Tampoco se les podía reprochar. Hacía tiempo que no salía de casa y para una vez que lo hacía se había arreglado bien. Su habitual chándal naranja había sido reemplazado por unos jeans azul oscuro que se ajustaban delineando perfectamente el contorno de sus piernas y una camisa naranja brillante con una espiral en el lugar del corazón que dejaba ver un torso bronceado y ligeramente desarrollado por las sesiones semanales de natación. Su pelo generalmente sin ningún control estaba ahora empapado en gel moldeador seguía disparándose en todas direcciones pero el de una manera que daba a entender la intención. Y sus ojos, sus ojos azules parecían reflejar las luces verdes de una manera especial y se distinguía en sus profundidades la luz esperanzada desaparecida meses atrás. No era que se creyera los desvaríos de la niña loca, en absoluto, pero tal vez fuera cierto que necesitaba abrir el círculo y encontrar a alguien especial y si ligar era tu objetivo, ese era el lugar adecuado.

Por fin encontró un rincón oscuro lejos de miradas indiscretas y desde el cual podría observar la marabunta a su gusto y decidir si alguna le interesaba. Respiró aliviado al sentirse libre de empujones, apretujones y algún que otro toqueteo entre todo ello. Era todo un descanso poder respirar aire medianamente limpio. Recostó la espalda en la pared y se dispuso a examinar la multitud de rostros femeninos sin tener que preocuparse de que le devolvieran la mirada. Los rostros se mezclaban en una masa informe en la pista y se confundían entre el humo artificial. Había chicas de todos los tipos, distinguió una chica rubia escandalosamente guapa peinada con una coleta alta y vistiendo prendas de un sensual color violeta rodeada de chicos. No le sorprendió que entre ellos, al parecer en un lugar de preferencia juzgándolo por las miradas de la joven, a un compañero de clase llamado Sai. Era un buen tío, tal vez algo obsesionado con las partes íntimas de las personas, pero un buen tío al fin y al cabo, le deseó suerte con la rubia silenciosamente y desvió la vista para seguir buscando posibles medias naranjas. Chicas atrevidas que bailaban en la pista, chicas tímidas que se amontonaban en la barra e intentaban charlar, chicas guapas, feas, de aspecto inteligente, unas que solo buscaban diversión en el momento, muchos labios pintados en muchos tonos, ojos bordeados de rimel... Ninguna le llamaba la atención. Tras casi una hora y varios vasos decidió que había sido una tontería esperar otra cosa y consideró si debía marcharse, tal vez llegara a tiempo de ver la película de la noche. Comenzó a despegar la espalda de la pared dispuesto a largarse de allí pero sorpresivamente algo detuvo su avance. Alguien lo había sujetado de la manga de la camisa y tiraba de ella impidiendo la retirada. Pensaba darse la vuelta y decirle “educadamente” que le dejara tranquilo, pero al girar el rostro las palabras se quedaron atoradas en su garganta. Allí estaba de nuevo. La pálida mano que no le permitía alejarse dejó de ser necesaria. Ya estaba atado por esos ojos profundos que parecían guardar un pedazo de noche, y no creía que esta vez pudiera escapar. Se encontró a si mismo dejando de ofrecer resistencia y quedándose quieto.

-¿Ya te vas?- un escalofrío recorrió su cuerpo al oír su voz, de textura suave y firmeza candente.- ¿No te importaría quedarte un poco más? -su tono revelaba un latente deseo de que la respuesta fuera negativa y no se resistió al impulso de negar lentamente con la cabeza, su mirada permanecía fija en la ajena. Esos labios pálidos se curvaron para formar un pequeña sonrisa.- Me llamo Sasuke, encantado.

Quiso abrir la boca para responderle y presentarse, pero le dio la impresión de que no sería capaz de articular nada coherente por lo que esta permaneció firmemente cerrada. Sasuke parecía divertido por sus reacciones. Usó el brazo por el cual aún lo tenía cogido para acercarlo a su cuerpo y rodeó su cintura con el otro. Sin saber cómo de pronto se vio arrastrado a una habitación lateral de la discoteca. Y de pronto esos labios estaban muy cerca.

-Me gustas, Naruto.- no le dio importancia al hecho de que el pelinegro recordara su nombre, ni a que le había dicho que le gustaba, demasiado ocupado estaba reponiéndose de la sorpresa que le causó sentir cómo sus labios eran apresados en suave roce por los contrarios. Se movían y separaban dando leves caricias por los suyos, enviando agradables sensaciones a lo largo de todo su cuerpo.

La calma duró el tiempo que tardó en reaccionar. Sus manos decidieron por cuenta propia enredarse en la nuca de su acompañante y sus labios respondieron con pasión al contacto apenas superficial que el otro había comenzado. No se paró a pensar en el hecho de que un hombre prácticamente desconocido se le había declarado y besado, y que él estaba correspondiéndole. De hecho, no pensó en nada, solo deseaba sentir ese placentero contacto que poco a poco se hacía más profundo a medida que el pelinegro lo acorralaba contra la puerta y acariciaba sus labios con la punta de la lengua pidiendo permiso para entrar. Permiso que le fue concedido tras una levísima vacilación. La lengua de Sasuke (¿cuando había comenzado a llamarlo por su nombre?) entró sin dudar en su cavidad y comenzó a explorar cada rincón que se le presentaba, sin acercarse aún a la suya. Parecía estar jugando ya que cada vez que su lengua buscaba la del azabache esta la esquivaba y se dedicaba a hacerlo desesperar. Finalmente pareció ceder y rozó la punta de ambos miembros húmedos en un ardiente primer encuentro. Este roce se repitió una y otra vez, aumentando poco a poco la participación de Naruto quien temblaba cada vez que la lengua de Sasuke se enroscaba alrededor de la suya, invitándolo a hacer lo mismo.

Fue entonces cuando las manos, que hasta entonces se habían contentado con toquetearle por encima de la ropa decidieron que era hora de pasar a la acción. Casi pega un bote al sentir esas manos pálidas y frías juguetear con el primer botón de la camiseta desabrochándolo con rapidez para abrir paso. Bufó con molestia al sentir que la lengua de Sasuke se retiraba lentamente de su boca. Pero todas sus dudas quedaron suprimidas al sentir una leve succión en su cuello que le arrancó un suave gemido, el primero.

Oyó la tenue risa de Sasuke y su sonrojo aumentó. No contento con eso, los besos y húmedas caricias continuaron asediando cada centímetro de piel que tenía a su alcance, deseoso de volver a escuchar ese sonido divino. Y lo oyó. Naruto se sentía incapaz de resistirse a sus mimos, menos aún tras escuchar su risa. Lo natural y lógico sería que sus pensamientos cavilaran sobre cómo aprovechar ese momento de distracción para huir, pero lo único que pensó fue que deseaba oírlo más a menudo.

Sonríe para mí. Sonríe por mí. De nuevo.

Mientras tanto el moreno no se había estado quieto, sus manos ansiosas exploraban la superficie ardiente en que se había convertido el pecho de Naruto. Su delicadeza provocaba irremediables suspiros en el rubio, interrumpidos por algún que otro gemido de placentera satisfacción cuando tocaban un punto especialmente sensible.

No es suficiente. Más.

Debería apartarse. Sabía que lo que aquel muchacho le estaba haciendo debería resultarle desagradable, e incluso abominable. Su conciencia se lo repetía una y otra vez con cada centímetro de distancia que acortaban esos labios destino sur. Pero las manos que debían empujar a su acosador se empecinaban en tirar de él en lugar de alejarlo. Era su primera vez, con un hombre además, un hombre al que apenas conocía, si es que se podía emplear la palabra "conocer", y lo peor de todo es que no cabía imaginar algo que deseara más que sentir esas manos que ahora pellizcaban y masajeaban sensualmente alrededor de dos pequeños botoncitos de carne ya duros ante el sensual tratamiento.

Más abajo.

Sintió la tela de su camisa deslizarse por sus hombros y perderse en un lugar indeterminado de la habitación que ahora podía apreciar que se trataba de una especie de habitación. Sus ojos más acostumbrados a la oscuridad descubrieron que no estaban totalmente a oscuras como pensó en un primer momento sino que media docena de velas dispuestas estratégicamente en varios estantes que poblaban las paredes alumbraban el espacio proyectando bailantes sombras en la gruesa moqueta. En una esquina descubrió una cama de sábanas verdes. Hacia allí parecía querer dirigirle el pálido muchacho que ahora tiraba de él, aprovechando para palpar su espalda con las yemas de los dedos.

Aguantó un quejido al sentir su espalda caer sobre el colchón de manera algo brusca. Abrió los ojos cerrados durante el viaje para ver cómo su compañero lo miraba desde lo alto. Esos ojos. La aparente frialdad mostrada en la visita a la adivina había sido apartada por un sentimiento indefinido. Cálido hasta el punto de sentir que iba a ser calcinado. Un fuego en plena vida parecía haber derretido la pared de hielo que anteriormente los cubría y ahora se rebelaban llenos de una acuciante urgencia por la persona que tenía ante él. Un escalofrío lo recorrió al saberse provocante de ese radical cambio.

La cama chirrió por el peso extra cuando Sasuke apoyó las rodillas en la cama, gateando sensualmente para situarse sobre Naruto, quien lo esperaba ansioso a su propio pesar. Comenzaba a hacer mucho calor en el cuarto, y el ojiazul dudaba que proviniera de las velas precisamente. Suspiró en la boca contraria cuando Sasuke capturó de nuevo sus labios en un beso demandante.

Está bien. Más que bien. Pierde el control.

Esta vez no se quedaría atrás. Afirmó sus brazos fuertemente en la espalda de su... ¿amor? ¿Era eso?

No escaparás.

Las manos habían decidido que ya era hora de pasar a algo más serio. Fue despojado, literalmente, de los pantalones por medio de un delicado pero firme movimiento y se perdieron al igual que la camisa en algún lugar de la habitación. Eso no era justo. El otro aún tenía puesta toda su ropa. Pero se iba a asegurar de solucionar esa injusticia.

También quiero verte.

Retiró sus manos de su espalda y las fue bajando rápidamente. El pelinegro vestía una camisa ajustada de color oscuro, no podría asegurarlo por culpa de la escasa iluminación, pero le pareció que era de un color azul zafiro. Un dragón negro cruzaba su pecho en relieve provocando la ilusión visual de que se enroscaba entorno a su torso. Una prenda sin duda adecuada a la persona que la vestía, hermosa. Pero en ese momento no la veía más que como un estorbo. Coló las manos por debajo para levantarla con comodidad y, ¿por qué no? Tener un primer contacto con esa pálida piel que tanto ansiaba. Una vez la camisa acompañó al resto de la ropa perdiéndose entre los jirones de sombra, pudo por fin recorrer con sus dedos ese torso color luz de luna.

Perfecto.

No se dio cuenta de hasta qué punto el albino lo había descubierto hasta que sintió cómo retiraba con prisas la ropa interior, y una vez se dio cuenta de que estaba completamente a la vista de esos ojos que parecían memorizar todo lo que veían. En ese tiempo los furiosos choques entre sus bocas no le habían dejado pausa para más, pero la vergüenza fue lo bastante grande para tratar de apartarlo con la intención de tapar esa zona tan íntima.

-No lo hagas, déjame verte, eres hermoso.-esa voz aterciopelada y masculina, susurrándole confidencialmente al oído.

Me paraliza.

Pegó un respingo al sentir una de esas frías manos envolver completamente su miembro sin avisar. La mano permaneció inmóvil unos segundos, Sasuke disfrutaba al saberse dueño de la situación, y lo demostraba torturándole incluso al comenzar a mover los dedos, con lentitud. Descendía con parsimonia hasta la base para volver a subir a un ritmo desesperante. Pronto las caderas entraron en juego intentando acelerar la suave cadencia a la que el pelinegro lo sometía, causando una mueca de satisfacción en el rostro blanco. Finalmente obedeció la silenciosa súplica y incrementó la fuerza y rapidez de movimientos.

-Te he estado esperando...- sus dedos presionaban y masajeaban la punta ya húmeda sacándole satisfactorios suspiros envueltos en placer. Las palabras del azabache llegaban amortiguadas y dificultosamente a su cerebro.

Más. Más rápido.

Contrariamente a sus deseos, la mano aminoró poco a poco hasta detenerse. Gruñó a modo de protesta, lo que sacó otra sonrisa ladeada al que ahora se inclinaba sobre él. El mensaje estaba claro: era su turno. Esto se confirmó cuando Sasuke le mostró tres dedos colocándolos sobre sus labios.

Podía negarse. Esos ojos, amos de la noche, se lo decían. Pero no. La decisión estaba tomada. No sabía cuándo exactamente lo había decidido. ¿Tal vez cuando esa voz irresistible dijo que lo había estado esperando? ¿O cuando esos labios duros de piel de porcelana se auto declararon dueños de los suyos? ¿Fue cuando se le confesó? ( Porque no se podía llamar de otra forma a que le dijera que le gustaba) ¿Quizás cuando le tomó la mano? No podía creerlo, pero la respuesta era obvia. Se había enamorado de ese hombre la primera vez que lo vio... y no había confusión posible. Sí, señoras y señores, Naruto Uzumaki, el señor virgen-a-los-diecinueve-años para los amigos, tras tanto tiempo sin encontrar a alguien que le hiciera pensar en algo más que amistad, se había enamorado finalmente, y de un hombre. Por fin entendía las palabras de la adivina sobre que no lo buscaba en el lugar correcto. Supo que hacía unos días eso le habría resultado traumático y si se lo hubieran dicho habría reído la broma y lo habría negado firmemente. Pero ahí estaba la evidencia. Y nunca habría pensado que caer de esa manera se sintiera tan bien.

En fin, el siguiente paso estaba claro. Entreabrió ligeramente los labios dejando pasar esos finos dedos que ya poseían cierta tibieza. Paseó la lengua por toda la superficie, ayudado de su propia mano, empapándolo completamente con su saliva, dentro y fuera. Contuvo una mueca de satisfacción al percibir el cambio en la mirada oscura. Finalmente Sasuke retiró los ya humedecidos dedos, mientras un hilo de saliva los unía aún durante un momento para luego deslizarse por la comisura de los labios sonrosados.

Estoy listo. Continúa.

La primera sensación que le llegó fue de incomodidad cuando el primero de esos dedos se abrió paso en su interior. Seguida de dolor cuando se sumaron el segundo y el tercero. Se removió incómodo entre las sábanas empapadas de sudor y sonrió cuando unos finos labios retiraron de sus mejillas unas inadvertidas lágrimas que se le escaparon al comenzar un abrir y cerrar, acompañado del salir y entrar. Los suspiros se convirtieron en gemidos, primeramente de dolor, aunque la adaptación fue rápida y estos fueron sustituidos por otros de placer. Sus caderas se movían instintivamente contra la mano que lo profanaba de esa manera tan deliciosa.

En esta ocasión sí se permitió una queja cuando Sasuke se apartó de él. ¿Cuándo habían desaparecido los pantalones y la ropa interior del pelinegro? Y lo que era más importante... ¡¿Cómo coño se suponía que iba a entrar en él esa cosa!? Luchó para apartar la vista de tan prominente erección, del mismo calibre que la que él mismo tenía entre sus piernas, pero desde luego no del mismo tamaño. Cerró los ojos. Iba a doler. ¡Y mucho!

Se mordió los labios intentando no gritar al sentir entrar la punta, deseando que el dolor terminara pronto. Obedeciendo sus deseos Sasuke decidió entrar de un golpe para abreviar el dolor. Esta vez el grito fue imposible de contener, resonando en la estancia vacía a excepción de ellos dos. Al contrario de lo que podía esperar, la envestidas comenzaron de inmediato. Sus labios sangraron al intentar contener los gritos inútilmente. Distinguió entre el dolor una segunda sensación que no pudo identificar.

Tras esas primeras envestidas de prueba, el ritmo comenzó a acelerar, convirtiéndose en un roce frenético. La segunda sensación aumentó y se dio cuenta de que no era otra cosa que placer. Los gemidos y los gritos inundaban el aire de la habitación. El aire se espesaba y se convertía en poco menos que en vapor. El vaho se acumulaba en las ventanas. Y las caderas entrechocaban en una danza sensual.

Más fuerte.

Las manos de Sasuke tiraron de su espalda, incorporándolo sobre él, con lo que pudo ayudar con sus piernas al rápido vaivén. Dedicó un pensamiento agradecido a la música de discoteca que impedía que los vergonzosos sonidos que pronunciaban él y Sasuke fueran oídos fuera. Sobre todo cuando Sasuke tocó ese punto dentro de él que hizo doler su garganta de tanto gritar. Apoyó las manos en los hombros de Sasuke, intentando guiarlo de nuevo a ese punto.

Ahí.

Sintió una presión en el bajo vientre que indicaba su próximo final, y vio en los ojos de Sasuke cegados por el placer que le pasaba lo mismo. Finalmente ahogaron el último grito de la noche en un asfixiante beso que robaba el aliento, escondiendo sus nombres pronunciados por los labios contrarios y se derramaron al unísono, Sasuke en su interior y él entre sus vientres.

Ambos cayeron rendidos sobre las mantas revueltas, luchando por recuperar el aliento. Tardó unos minutos en conseguir pensar con claridad. Porque pensándolo ya libre de el erótico influjo, aquí habían bastantes cosas que no cuadraban.

-D-dijiste que... ¿me estabas esperando?-consiguió articular.

-Sí... -no parecía ser muy hablador. Bien, Naruto hablaría por los dos.

-¿Por qué? ¿Qué esperabas?

-Tú no eres el único que pregunta a la adivina sobre su suerte.

-¿Pero tú crees en esas cosas?- preguntó incrédulo.

-Bueno, ha servido, ¿no?-rió suavemente y Naruto pronto le siguió.

Aún era muy pronto por la noche. Se acurrucó en ese pecho pálido y sintió cómo le rodeaba la cintura posesivamente. Sonrió. Tendría que agradecérselo al día siguiente a Hinata. Era la primera amplia sonrisa completamente sincera en mucho tiempo, y al sentir los dedos de Sasuke jugar con sus cabellos húmedos por el sudor supo que la seguirían muchos mas. Suspiró.

Te amo. No me preguntes la razón, porque yo tampoco lo sé. Es un hecho, y ya.

Buenooo... Fue mi primer fic, y mi primer lemon. No sé cómo habrá cambiado mi estilo de entonces a ahora, podréis juzgar cuando suba otro fic, o puede que una continuación de este. Lo cierto es que me dejé algunas ideas en el tintero que tal vez podría aclarar con la segunda parte.

Ya saben, ¿les gustó? ¡Coméntenlo! ¿Que no? Pues lo mismo, y contadme el porqué para que pueda mejorarlo ^^

martes, 1 de diciembre de 2009

Introducción al blog

¿Nunca te has despertado en medio de la noche simplemente porque quieres hacer algo y no puede esperar?

¿No?

Bien, pues yo sí, y como yo soy tan cambiante como una veleta, me tuve que levantar a hacerla en éste momento, antes de que llegase la mañana y se desvaneciese como un espejismo. ¡Y así nació "Midnight mirage"! ¡El espejismo de la medianoche!

Historia cortita su creación, espero que la del propio blog sea más larga... (xD)

Y es que tanto descargar manga y anime, y doujins, y vuelta a mangas, y leer fanfics... ¡pues a una le entran ganas de montar su propio chiringuito virtual! De manera que para eso será el blog, quitando aparte alguna paranoiada de la autora, aquí se encontrarán mangas, anime, doujins, e incluso algún fic o fanart si mi pereza me lo permite.

Tooodas las temáticas, tan variadas como mis múltiples personalidades, desde los típicos shonen y shojo, hasta yaoi y yuri. Poco a poco llenaré este blog de mis reservas, así que tenedme paciencia porque no son pocas.

Entendido el origen y destino de este blog... ¡sed bienvenidos, disfrutad, descargad y comentad! (^^)

Siempre a disposición del público, Saiko (también conocida como Akariyami-hime por otros lares)